martes, 23 de abril de 2013

LA VIDA CRUJE


                                                                            LA VIDA CRUJE

 

Soy un No.
Soy la Negatividad recorriendo con mi lengua podrida
el coño que parió al Universo.
Soy un runner de la desesperación.
Soy el coaching inverso.
Soy el amor verdadero.
Soy un whopper en un McDonald’s.

Kurt Cobain surgió de la nada y me dijo: “Eres un ser prodigioso”.
Era una luz gastada. Pero supe que era Kurt. 
Olía a espíritu adolescente.
Me dijo:
“Eres la pieza que falta para el engranaje perfecto del Progreso”.
Y yo le dije:
“Que te jodan, Kurt. Solo eres una luz gastada.  Yo soy el Progreso”.
Pateé a la luz con todo el amor que pude reunir.

Porque yo soy el Amor y el Progreso,
y más cosas que ahora no vienen a cuento.

“Pienso que soy imbécil”, dijo la luz antes de extinguirse del  todo.
Y yo le dije:
“Eras un jodido gilipollas, Kurt, y ahora solo eres una luz gastada,
 pero me gustaban tus canciones”.
Amaba sus canciones.

Está bien eso de ser el Progreso,
te permite hacer muchas cosas.
No pagar en los bares
que te cueste menos el cine,
hacer que a Bisbal se le pudra la boca,
y más cosas que ahora no vienen a cuento.

También puedes aplastar la Vida.
Eso es lo que más me gusta.
Pisarle el cuello a la Vida, tíos.
Eso es lo que mola.
La vida cruje como una cucaracha cuando la pisas.

Soy el Progreso aplastando la Vida.
Soy un ser prodigioso.
Soy un No.
A veces puedo ser un Sí.
Cuando me mira mi hija.

“Solo aprendes a mirar de verdad cuando miras a un hijo”, me dijo una vez  Jim
mientras cantábamos
y bebíamos
y  follábamos con cinco japonesas vestidas de Picachu,
en un karaoke de Tokio junto a Pitágoras, que era una luz poderosa
y cantaba como Monserrat Caballé
y bebía como un cerdo,
y no follaba, claro 
porque las luces no follan.
“Pero tú no tienes hijos, Jimbo”, le dije.
“Todos vosotros sois mis hijos”, me dijo mientras cantaba y bebía
 y lloraba abrazado a Pitágoras.
“Que te jodan,  Jim.  Solo eres un borracho abrazado a una luz. Yo soy el Progreso”

Chasqueé los dedos
Y aparecí en Roma.
Es una de las cosas que puedes hacer si eres el Progreso.
Y más cosas que ahora no vienen a cuento.
Me bañé en la Fontana di Trevi,
cagué en el Coliseo.
Y fui consciente de que la verdadera felicidad
es un intestino vacío.

El abrazaluces  tenía razón.
No se mira de verdad hasta que no miras a un hijo.

Soy un ser prodigioso.
Me lo dijo una luz gastada.
Soy el Progreso.

Y vengo para dejaros sin futuro.

Bienvenidos.

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